sábado, 23 de enero de 2021

Maestros Inolvidables: Una profesora perfectamente imperfecta

 Una profesora perfectamente imperfecta

Una profesora perfectamente imperfecta, así es cómo ella se describía a sí misma.

Cuando llegué a un colegio nuevo después de haberme mudado de ciudad estaba muy perdida, pero la conocí a ella. Iba a ser mi tutora el primer año en un nuevo colegio y una nueva ciudad.

Se notaba que era una profesora diferente a cualquier otra que yo hubiera podido tener, la primera vez que la conocí me quedé asombrada por sus penetrantes ojos azules y su sonrisa, que desde ese momento quedaría marcada en mí.

No era la típica profesora de leer el libro y mandar deberes, ni muchísimo menos; de hecho, me quedé asombrada por su forma de dar clase, era tan diferente, especial y entretenida, que todavía, después de casi 4 años, me sigo acordando de todas y cada una de las reglas mnemotécnicas que nos enseñó; además de los juegos, gymkanas y actividades.
Se notaba tanto la pasión que tenía por su trabajo que todos sus alumnos lo notábamos, hacía que cualquier día gris cambiara radicalmente de color solo con su presencia y su energía, por eso era la profesora más querida de todo el colegio.

Aunque lamentablemente ella siempre fuera incapaz de verlo, de ahí viene el nombre “Una profesora perfectamente imperfecta''. Trataba de enseñar a sus alumnos como a ella le hubiera gustado aprender, ayudaba a sus alumnos de la manera que nadie había hecho con ella. En el colegio había más de 100 profesores, y no era casualidad que todos los alumnos quisiéramos ir a hablar con ella para pedirle consejo, ayuda con nuestros problemas personales, con temas académicos… Cualquier problema o duda que tuviéramos ella nunca se negaba a escucharnos y ayudarnos; tenía un don para escuchar y hacer sentir mejor a la gente; a mí, únicamente ver su sonrisa ya me alegraba el día.

Con el paso de los años, nuestra conexión se fue haciendo más fuerte, y teníamos mucha más confianza. Era una profesora tan maravillosa, fuerte, amable, empática, generosa… Que pena que no fuera capaz de verlo; si solo pudiera ponerse en mi lugar por un instante, y sentir la admiración tan profunda que yo siento por ella, su perspectiva sobre sí misma cambiaría por completo.

Hubo una época en la que empecé a acumular problemas poco a poco, porque no soy una persona a la que le guste hablar sobre su vida; además, me gustaba mucho complacer y ayudar a los demás. Pero en ese momento no era consciente de toda la energía que eso me quitaba; y de todos los problemas que, día tras día, iba cargando en mí. Cada vez mi mochila pesaba más y mis ganas de ir al colegio, para disfrutar de esas clases que me regalaban tantos conocimientos, risas y momentos preciosos, se fueron desvaneciendo poco a poco. Ya no era capaz de disfrutar de las cosas que, un tiempo atrás, me hacían tan feliz. Pero esa profesora perfectamente imperfecta se percató, y debido a nuestro nivel de confianza, con un simple contacto visual, ella podía saber cualquier cosa que me rondara por la cabeza, nunca fallaba. Ella sabía que yo no estaba pasando por un buen momento, se me quitaron las ganas de hacer las cosas que siempre me habían apasionado, ya no podía ser la persona que era antes. Fue ahí cuando tuvo un gesto conmigo que jamás olvidaré, puede que para cualquier otra persona esto sea una tontería, pero a mí me salvó de poner punto y final a mi historia y caer en un lugar del que no podría salir. Cuando terminó de explicar una cosa en clase, me dijo que saliera un momento al pasillo y me dijo: “No me puedes seguir diciendo que estás bien, yo sé que no lo estás, ¿necesitas ayuda?”.

Todavía me cuesta explicar aquel momento, el sentimiento de alivio al saber que alguien se había dado cuenta del infierno por el que llevaba sufriendo mucho tiempo fue tal que no puedo olvidar lo agradecida que me sentí de haber podido conocer a una persona tan única y especial como ella.

Nunca podré olvidar lo mucho que me ayudó y me sigue ayudando, y cómo ha cambiado mi vida por completo. Gracias a ella he podido salir adelante, por lo que espero que si lee esto, se le quiten esas estúpidas ideas de la cabeza de que no vale para nada, que no hace nada bien, o que no merece las cosas buenas que le pasan. Porque como ella me dijo una vez: “Tú eres la protagonista de tu historia y la princesa que rompe con todo y marca la diferencia.”

Así que, ¡ser diferente no es malo! A ella le hace ser ÚNICA y una de las personas más especiales que he conocido en toda mi vida.

En este relato hablo en pasado, y también hago referencias al presente, pero tengo por seguro, que también será una relación que marcará mi futuro. Usted es una de las protagonistas de mi vida, no solo de este relato, así que, ¡gracias por ser diferente!, ¡gracias por ser única!, ¡GRACIAS por ser como es!

Mi vida no sería lo mismo sin usted.

#MaestrosInolvidables #UnaProfesoraPerfectamenteImperfecta

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